15 junio 2006

No lo pidas, hazlo

Esos pensamientos abusaron del diario. Me reconforta esa pequeña canción de cuna. Que locas palabras escupieron los labios. A veces todo parece tan drástico que da asco. Oh, esto es un remolino de burdos vocablos. Son armas que apuñalan por la espalda, pero doy gracias que los rifles no matan las palabras.

Duerme dulce esta noche y evita el reproche que arrojaré a tus espinas de tu columna.

Y una enredadera se retuerce en sus entrañas, olvidaste que el mundo es caótico. Esta vez te vi y no sentí nada, será que me acostumbre a tu falsa cara. Pero sabes, aún me envenenan esos momentos en los que el vértigo estaba. Ahora alguien duerme en otra cama y susurra deseos para una musa.

Otro día está aquí y aún estoy vivo, pronuncio estas palabras alto porque ellas chillan desde el interior. Y cada vez que te veo tu caminas lejos, más y más lejos pero el mundo continua girando.

Otro día esta aquí y sigo vivo, esto es lo que dicen mis entrañas. Bien, tiraré todo lo que tengo lejos. Estos jóvenes se mueven rápido, oh si, puedo sentir la excitación de volver a empezar, oh si, puedo sentir la sensación de estar dentro de mí. Y en algún lugar de esta ciudad ya no me verás más. Estoy despareciendo sin huella, lo que quedó de mí se lo llevó el coco.

Y ahora empuño esa espada manchada para blandir de nuevo una estocada directa al centro de alguna carcasa.

Volaré en este cielo, algún día se que lo haré, tan solo coge ese sentimiento que te di, que el mundo se mueve rápido, que las cosas cambian. Pero esas palabras no fueron un regalo. No lo pidas, hazlo, esto es lo que intento desde que me percaté que el tiempo pasa.

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