16 noviembre 2006

Un pequeño crimen

Déjame solo con el consumo de mi mismo, esto no es lo que he hecho, es el típico equivocado sitio de pensar en ti, no es el momento para alguien nuevo, es el mismo capricho, el pequeño crimen del que no tengo excusa otra vez.
Déjame solo con el irascible reproche que recae sobre mi yo, esto no es lo que he hecho, es el característico círculo sin fin que da vueltas en la cabeza, no es el mejor espacio para pensar en ti, no es el mejor momento para alguien nuevo, es el anhelo de la no voluntad, es el pequeño crimen que cometí y no tengo excusa.

¿Esta bien esto?

Te mantenía como una amante, felices manos sobre una perfecta nuez en el sitio adecuado. Ignorando los otros se construían felices planes en nuestros oídos, felices planes para estas delicadas imágenes de tu preciosa cara.
Nuestros cuerpos moviéndose y agitándose, se formaba una dulce delgada línea roja, dañando las partes de tu jardín, sin una habitación para el perdón, en el sitio que nadie más supo que hicimos.

¿Esta esto bien?

Nuestras mentes presionadas mientras nuestra carne es degradada en la falta de espacio en que la luz es odiada. Felices glándulas en la suave cuestión de nuestra desgracia.
¿Fue la oscuridad suficiente para ver tu luz? Sé que te hice llorar, sé que algunas veces deseabas morir, ¿pero realmente te sientes viva sin mí? Si es así se libre, sino vuelve a mi.

Ahora déjame solo con mi yo, esto es lo que hice, pensar en ti en el momento equivocado, conocer a alguien nuevo no necesario, y comer del deseo que no aniquiló mi sentido.
Cometí un pequeño crimen del que no tengo excusa.

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