24 febrero 2005

Un día estrellado como una tortilla

¿Nunca has tenido un día de esos tontos? Esos días que todo sale al revés, que al final te ríes de lo irónicos que son, sí, un día normal de esos que te levantas de la cama y ya te pones las zapatillas al revés, te duchas, te vistes, te pones guapo, oh y es que has quedado con una chica guapa para ir al cine y ese sol irónico radiante te ilumina la sonrisa. Coges las llaves, abres la puerta y el móvil suena, ¿quién será?

-Ey, ¿has visto las notas?

-No

-Tío has suspendido

-¿¿Qué??

Sí, resulta que esa asignatura tonta que no pensabas nunca ahora la tienes suspendida pero además te informa que la revisión de examen es ese mismo día y… ¡Justamente a la hora de la película! Nada, que vuelves para adentro antes de poder cruzar la línea con el rabo entre las piernas y no te queda más remedio que cancelar lo de ir al cine. Molesto piensas mientras espero me quietaré el estrés matando un par de bichos con la consolita, ¡error! Ahora son los bichos que te matan a ti. Cambias de idea y para matar el tiempo decides ir a visitar a ese amigo que también está esperando en la universidad para la nota pero al llegar ahí resulta que está ahí con la novia en modo lapa, y ves esos ojos enamorados que te ven como un estorbo, un fantasma perdido en la niebla y no se te ocurre nada más que pensar: que asqueroso es el amor. Nada que te vas a mirar las demás notas y descubres que tienes más asignaturas suspendidas de las cuales una además el mismo compañero con el que habías entregado el trabajo está aprobado.

Al fin llega la hora de la revisión y discutes, suplicas ese 4’5 que de todas formas no te va a subir hasta llegar a la conclusión que habría sido mejor ir al cine. Ya que ahora estás ahí decides ir a comprar, sí te vas a comprar cualquier capricho, te imaginas en tu habitación con un refresco o cerveza o lo que sea, hoy puedo hacer excesos, eso sí, con mucho chocolate. Vas al banco ilusionado a sacar dinero para comprar y sorpresa, has pasado el límite de crédito y no puedes sacar dinero. Ya de vuelta a casa piensas con el único consuelo que por lo menos esta noche mirarás tu serie preferida, pero al llegar han venido amigos y… ¡Hacen fútbol! Y todos los de la casa quieren ver el fútbol menos tú. Luego cuando piensas que ya no puede pasar nada más, que te vas a ir a la habitación y relajarte, una amiga te suplica que le pongas un DivX de esos tan bonitos que tienes en el ordenador, con lo que no puedes negarte… Y ya cuando el día acaba, son ya más de las 12 es cuando dices esto lo voy a escribir, y recuerdas todo este día y las casualidades que ha habido y no te queda más remedio que reírte.

Como me dijo Takeva, los hay que nacen con estrella y otros estrellados y añado, hay días en los que te estrellan.

Moraleja: Es mejor reírse porque un día así no pasa todos los días ;)

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